Todos dicen que mi Tao es grande e incomparable. Como es grande, parece diferente. Si no fuese diferente, hubiese desaparecido hace mucho tiempo.
Tengo tres tesoros que conservo. El primero es la clemencia; el segundo, la economía. El tercero es no pretender estar por delante de los demás. Con la clemencia se tiene valor; con la economía, generosidad. Con la humildad, el mando.
Hoy día, los hombres se olvidan de la clemencia; pero pretenden ser valientes. No tienen en cuenta la economía; pero tratan de ser generosos. No creen en la humildad y procuran ser siempre los primeros.
Esto es una muerte segura.
La clemencia da la victoria en la batalla y fortaleza para la defensa.
Es el medio por el que se resguardan y protegen los cielos.
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