No alabando a los superdotados, se evita la rivalidad.
No acumulando tesoros, se evita el robo.
No apegándose a las cosas se evita la confusión del corazón.
Por eso, el sabio gobierna vaciando los corazones y llenando los estómagos,
debilitando las ambiciones y fortaleciendo los huesos.
Si la gente no tiene conocimiento y deseo,
no tratarán de intervenir los intelectuales.
Si no se hace nada, todo estará bien.
Lao Tse, Tao Te King
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